Para hacer esta obra hacen falta los ingredientes siguientes: un paquete de harina de maíz fina seca, un poco de un poco de leche de vaca o chiva, cinco cucharadas de azúcar refino (blanca), cascarilla, un poquito de agua bendita y media barra de manteca de cacao.

El preparado se elabora de esta manera: se mezcla bien todo en una cazuela y se pone a la candela. Cuando ya la harina se encuentre bien seca, se envuelve esa mezcla en papel de aluminio y se hacen tamales con ella.  Deben ser nueve eko (ofrenda).

Posteriormente, se pone a hervir agua al fuego, una vez que rompa la ebullición, se introducen los tamales y se dejan cocinar 15 minutos. Ya cocinados, se ponen a enfriar. El eko está listo para ofrecerlo a Aggayú.

La ofrenda se pone así. En primer lugar, se debe retirar el papel de aluminio a los tamales y se ponen en una fuente mediana. Encima de esto se colocan jutía ahumada, pescado y maíz tostado con una pimienta de Guinea para cada tamal. Se agregan además un chorrito de miel de abejas, otro de aguardiente y también de manteca de corojo.

Luego se retira la tapa del receptáculo de Aggayú y se le coloca encima la fuente con el preparado por nueve días. Al término de estos se lleva y se pone al pie de un palo seco o de una ceiba.

Este eko se puede ofrecer a todos los orishas. Sin embargo, se debe marcar el número del santo y para Obatalá se le pone manteca de cacao.

A fin de comprender la ceremonia de asentamiento de este orisha, es imprescindible remitirse a varios oddun de Ifá que refieren el nacimiento de sus ritos. Se debe comenzar con isalaye a osa bara, del cual proceden algunos de los más importantes rituales.